

Con la llegada del receso invernal, Mendoza vuelve a posicionarse como un destino privilegiado para el turismo nacional e internacional. Este año, dos de sus bodegas más emblemáticas —Doña Paula y Vistalba— redoblan su apuesta por el turismo del vino, con propuestas diseñadas para todos los públicos: desde familias hasta parejas o grupos de amigos.
Ubicada en Luján de Cuyo, a menos de una hora de la ciudad de Mendoza, Bodega Doña Paula ofrece una experiencia inmersiva en la cultura vitivinícola mendocina, combinando paisajes naturales imponentes, gastronomía de excelencia y un enfoque educativo centrado en la noción de terroir.
La joya de su propuesta invernal es el Terroir Camp, una visita guiada que permite conocer en profundidad los suelos, altitudes y microclimas que moldean la identidad de sus vinos. Guiados por especialistas, los visitantes no solo recorren los viñedos, sino que acceden a una degustación exclusiva de cinco etiquetas y a una experiencia de realidad virtual que recrea el proceso vitivinícola desde la raíz hasta la copa.
La bodega —reconocida por su compromiso con la sustentabilidad y la innovación— mantiene cupos limitados y atención personalizada, por lo que se recomienda reservar con anticipación a través del correo [email protected] o por WhatsApp al +54 9 261 341-5739.
También en Luján de Cuyo, Bodega Vistalba despliega una propuesta pensada para quienes buscan combinar tradición, aprendizaje y disfrute, en un entorno donde la historia familiar y la modernidad arquitectónica dialogan a través del vino.
Durante estas vacaciones de invierno, Vistalba invita a participar de diversas actividades:
Degustaciones personalizadas, con recorridos por los espacios de elaboración y crianza, para conocer el portafolio completo de etiquetas y aprender a elegir vinos según distintas ocasiones.
Blending Game, una experiencia creativa y lúdica donde los visitantes pueden crear su propio vino a partir de tres varietales, y diseñar una etiqueta original para llevárselo como recuerdo. Ideal para disfrutar en grupo o en familia.
Cata a ciegas, una actividad que desafía los sentidos y pone a prueba el paladar y el olfato. Guiados por expertos, los participantes intentan adivinar los varietales que degustan con los ojos vendados.
Wine Bar, un espacio distendido que ofrece una cuidada selección de vinos por copa —de líneas como Vistalba, Tomero, Autóctono y Progenie— acompañados por tablas gourmet con quesos, jamón español, ahumados y aceite de oliva propio.
Además, quienes disfruten de estas experiencias tendrán acceso a beneficios especiales en la compra de vinos para prolongar el placer en casa.
Las actividades se realizan de martes a sábado, de 9 a 18 hs. Las reservas pueden gestionarse escribiendo a [email protected] o por WhatsApp al +54 9 261 255-5555. Más información disponible en bodegavistalba.com.
Ambas bodegas proponen algo más que una simple degustación: ofrecen una inmersión completa en el universo del vino, donde el visitante se convierte en protagonista de una experiencia sensorial, cultural y emocional. En tiempos donde el turismo de cercanía y el contacto con la naturaleza ganan valor, estas iniciativas reafirman a Mendoza como un destino imperdible durante el invierno.
Ya sea por la conexión con el paisaje, por el descubrimiento del arte detrás de cada cosecha o por el placer de compartir una buena copa, las vacaciones en Mendoza se celebran entre viñedos, barricas y atardeceres dorados.