Por: Redacción Mendoza Económico
En un ambiente cuidadosamente preparado para la ocasión, se desarrolló una cena exclusiva que reunió a 14 periodistas y comunicadores mendocinos junto a invitados especiales, entre ellos el Cónsul General de Italia en Mendoza, Giuseppe D’Agosto, y su esposa, Teresa D’Agosto. El encuentro, concebido como una experiencia de alto refinamiento, celebró la elegancia francesa, la calidez argentina y la tradición gastronómica italiana que distingue a Francesco Ristorante, uno de los espacios más emblemáticos de la gastronomía local.
La organización estuvo a cargo del reconocido enólogo Michel Rolland, figura central de Clos de los Siete, quien encabezó la velada junto a Beatriz Barbera, socia propietaria de Francesco Ristorante. Ambos condujeron una propuesta que buscó destacar los vínculos culturales y el legado compartido por dos familias que han marcado la identidad vitivinícola y gastronómica de Mendoza.
Fiel al espíritu de la familia Barbera, la cocina italiana ocupó un lugar protagónico. Las recetas, concebidas para esta ocasión especial, combinaron herencia mediterránea, sabor artesanal y la utilización de productos locales, integrándose con precisión a la selección de vinos provenientes del Valle de Uco. El diálogo entre platos y copas permitió construir una narrativa sensorial donde tradición y contemporaneidad encontraron un punto de equilibrio.

La propuesta gastronómica incluyó un menú por pasos creado especialmente para los invitados, en el cual la pasta artesanal, los sabores clásicos de la cocina italiana y las técnicas contemporáneas se articularon con etiquetas emblemáticas de Clos de los Siete y Bodega Rolland. La combinación dio como resultado una experiencia que exaltó los puentes entre Francia, Argentina e Italia, reflejando la convivencia natural de esas tres tradiciones en la mesa argentina.
Cada instancia del servicio estuvo pensada para reforzar la narrativa del encuentro: desde las texturas y temperaturas hasta la armonización con vinos que expresan la identidad del Valle de Uco. Fue un recorrido guiado que permitió apreciar, a través del maridaje, la fuerza de una región vitivinícola que ha ganado un lugar de prestigio en la enología internacional.
Más allá de la puesta en escena gastronómica, la velada destacó el espíritu de familia que caracteriza tanto a los Barbera como a los Rolland. Ambos proyectos, aunque nacidos en geografías distintas, comparten una vocación por la excelencia, el trabajo en equipo y la transmisión de un legado intergeneracional. Esa convergencia se hizo visible en los detalles del encuentro, donde la hospitalidad y la pasión por el vino se manifestaron como valores comunes.
La reunión permitió también reflexionar sobre la continuidad de tradiciones que se sostienen en el tiempo y se renuevan a través de nuevas generaciones. En cada plato y en cada copa se percibió este diálogo entre pasado y presente, y la búsqueda constante por consolidar una identidad que trasciende fronteras.
La cena concluyó como una auténtica celebración cultural: un espacio donde el talento, la historia y los sabores confluyeron para reafirmar la potencia del cruce gastronómico entre mundos que se complementan. La combinación de influencias francesas, argentinas e italianas -presente en la cocina, en los vinos y en la visión de sus anfitriones- dio forma a una experiencia única que vuelve a situar a Mendoza como un punto de encuentro para proyectos que valoran la tradición y apuestan por la innovación.