Por: Redacción Sabores de Argentina

La línea Cordero con Piel de Lobo, elaborada por Mosquita Muerta Wines, se ha convertido en un verdadero fenómeno dentro del mercado argentino de vinos espumosos. Su excelente relación precio-calidad, sumada a un estilo descontracturado y versátil, impulsó su presencia en hogares, bares y restaurantes de todo el país, al punto de transformarse en la principal línea de la bodega.

Este crecimiento coincide con una tendencia de consumo desestacionalizado de espumantes, tanto solos como en coctelería, que amplió su presencia más allá de las celebraciones tradicionales.

Un estilo joven con carácter definido

Los espumosos Cordero con Piel de Lobo se elaboran bajo el método Charmat, con segunda fermentación en tanques de acero inoxidable presurizados. La base se compone de uvas Chardonnay, Semillón, Chenin y Pedro Giménez, provenientes de los principales terroirs mendocinos.

El resultado son vinos jóvenes, frescos y aromáticos, con burbuja fina y persistente, que buscan mantener la frescura y la elegancia sin perder un perfil accesible y moderno.

Las cuatro etiquetas que marcan tendencia

La línea está integrada por cuatro opciones que ya escalan posiciones en el podio de los espumosos más consumidos del país:

• Cordero con Piel de Lobo Blanco de Blancas Dulce: floral, fresco y con equilibrio entre dulzura y acidez.

• Cordero con Piel de Lobo Extra Brut: aromas frutales y elegantes, ideal para acompañar comidas o brindar.

• Cordero con Piel de Lobo Spritz: con macerados botánicos, frescura cítrica y un toque amargo típico del estilo.

• Cordero con Piel de Lobo Blanco de Blancas Demi Sec: aromas frutales y boca suavemente dulce, perfecto para postres o charlas con amigos.

Con precios accesibles y una identidad marcada, estas etiquetas no solo lideran en Argentina, sino que también ganan terreno en mercados como Brasil y Estados Unidos.

La apuesta de Familia Millán

El éxito de la línea se complementa con una estrategia de renovación de imagen. La bodega intervino el packaging con mejoras en botella, tapón y etiquetado, consolidando la percepción de calidad.

Gustavo Sánchez, enólogo de Familia Millán, destacó que la clave está en la dedicación con la que elaboran los vinos base y en la búsqueda de mantener un perfil aromático frutal, fresco y elegante en cada ejemplar.

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Una familia con visión integral

Familia Millán, propietaria de Mosquita Muerta Wines, es un grupo empresario mendocino con fuerte presencia en el sector vitivinícola y otras unidades de negocio. Posee más de 1.000 hectáreas de viñedos en zonas privilegiadas de Mendoza y cuatro bodegas: Mosquita Muerta Wines, Los Toneles, Fuego Blanco y Abrasado, además de la olivícola Laur y la destilería Casa Tapaus.

La estrategia de la familia combina inversiones en tecnología, calidad enológica y posicionamiento internacional, con reconocimientos de críticos como Wine Advocate, Tim Atkin, Descorchados y James Suckling.

El caso de Cordero con Piel de Lobo refleja cómo un espumoso argentino puede conquistar tanto al consumidor local como a los mercados externos, sumando frescura, accesibilidad y estilo joven. Con precios competitivos y calidad reconocida, la línea se consolida como una de las apuestas más exitosas de la vitivinicultura mendocina actual.